Misión en San José del Boquerón - Colegio San Ignacio
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30
May

Misión en San José del Boquerón

La semana del 13 al 21 de mayo nuestro Colegio participó de la quinta Misión de la Red Argentino Uruguaya de Colegios Ignacianos (RAUCI) a San José del Boquerón, Santiago del Estero, Argentina; misión que convoca a alumnos de segundo año de bachillerato de los distintos colegios de la RAUCI y de ACESIP (Paraguay). Nuestro Colegio fue representado por Serena Tolosa, Gastón Pita y Joaquín Matteo como alumnos, y por Matías Leguizamo como coordinador acompañante.

En palabras de Gastón Pita, en Boquerón “el servicio que prestábamos estaba dividido en dos: el ir a misionar por la mañana las casas de la gente de la zona, a visitarlos, a charlar con ellos; y el animar a los niños de la zona que se acercaban por la tarde, mezclando juegos de animación con clases de catequesis.”  

Destaca Gastón la predisposición de la gente al recibirlos y al compartir con ellos, los misioneros, que se reflejaba en gestos como “el limpiar las sillas para que nosotros nos sentemos en un lugar limpio, verlos calentando agua para tomar mates dulces, cortando pedacitos de tortilla o pan, o calentando las brasas para que estemos en un lugar cálido.” En las charlas con la gente del lugar se destacaba su sencillez y su humildad para compartir la vida, e incluso para compartir el silencio, cosa que los misioneros fueron aprendiendo con el correr de los días.

En total fueron unos 70 chicos los que participaron de la experiencia, los cuales fueron divididos en cuatro lugares de misión: San José de Boquerón, Potrero Bajada, Alto Alegre, y El Moradito. Junto a su grupo de misión los chicos han compartido casi la totalidad de la experiencia, creándose en cada grupo verdaderos lazos de amistad y unión. En palabras de Joaquín Matteo, “si uno abría el corazón, desde un primer momento lograba sentirse parte del grupo, generandose un ambiente donde sin importar tu procedencia, todos éramos iguales y parecía nos conocemos de toda la vida.”

El grupo de misión significó un espacio privilegiado para compartir la vida, la fe, y las experiencias, en que se “generó un ambiente mágico donde el compañerismo, la unión, el respeto, la empatía, el servicio al otro y sobre todo la sinceridad, llega a un esplendor inimaginable, único y magnífico que quienes lo viven son los únicos capaces de entender por completo el gran sentido que conlleva el grupo.”

Por último, la experiencia y el encuentro con Dios son el eje de esta experiencia, que vivida a través del encuentro con la gente y la contemplación de la naturaleza del monte santiagueño, hacen de esta una experiencia profunda y transformante.

Según Serena Tolosa, “pude descubrir que ese Dios del que tanto hablan puede sentirse en todo. Verlo en las caras de las personas del lugar, personas que se abrían a nosotros y se mostraban tal como eran. “Somos humildes, tenemos muy poco, casi nada”, nos decían, pero definitivamente lo tenían todo. Sonrisas puras en los niños, de felicidad, de amor incondicional y de cariño hacia todos nosotros. Un lugar apartado, muy distinto al mundo en el que acostumbramos vivir. Un lugar donde encontré ese amor de Dios en la gente, en esa naturaleza que nos regaló y que nos hace sentir tan pequeños pero liberados.” Resumiendo la experiencia, Serena destaca una frase: “Uno tiene que confiar en Dios”.     

Que esta experiencia fundante siga transformando el corazón de nuestra comunidad educativa, y que nos reanime y confirme en nuestra misión cotidiana como Colegio de la Compañía de Jesús: ser hombres y mujeres para los demás.

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