(actualización marzo 2023)
Estimadas Familias:
Creemos importante compartir con ustedes algunos aspectos que serán parte de nuestra relación cotidiana. Comprometidos en el crecimiento académico, humano y espiritual, aspiramos a una comunicación fluida colegio- familia, como forma de componer una comunidad educativa cuyo centro es el/la alumno/a.
Entre Familia y Colegio hay un “contrato fundacional” en el que hay implícita una confianza mutua que no podría ni debería romperse, ya que de hacerlo, el/la más perjudicado/a sería vuestro/a hijo/a; nuestro/a alumno/a. Por tal motivo, creemos importante explicitar algunos acuerdos internos de convivencia cuyo conocimiento nos ayudará a actuar en unidad y de forma coherente.
Entendemos que educar en autonomía es una tarea lenta, que tiene como fin ayudar al/ a la adolescente a ver el sentido de actuar de una cierta forma. Es un proceso de aprendizaje que le irá enseñando cómo, cuándo y para qué actuar de determinada manera en cada uno de los momentos de su vida, lo que entendemos es la base de la socialización y de la convivencia. También le ayuda a hacerse cargo progresivamente de sus decisiones y a aprender de las consecuencias de las mismas.
Hemos pensado y elaborado un documento que, si bien contempla características generales de la identidad de un alumno ignaciano, se irá ajustando progresivamente (en algunos aspectos) a diferentes momentos de la vida del/ de la adolescente. Lo que ha dado lugar a un conjunto de pautas exclusivas para el sector de 7º y 8º, otra para 9º y 1º de Bachillerato y otra para 2º y 3º de Bachillerato.
¿Por qué es importante este documento?
- APRENDER A RESPETAR ACUERDOS
La escuela como tal, continúa el aprendizaje que supone saber que somos seres en relación; somos con otros y en el ejercicio de la convivencia es esencial aprender a conocer y respetar las pautas que nos orientan. Esto permitirá un buen funcionamiento general y ayudará a crear un clima propicio para el aprendizaje. Recordemos que el ambiente, o lo que se conoce como el “entorno de aprendizaje”, condiciona fuertemente el desarrollo integral de nuestros estudiantes. Asimismo, el ejercicio de respetar lo acordado traerá como oportunidad la vivencia del compromiso, una de las cualidades que se decide a trabajar la pedagogía ignaciana. - APRENDER A ESPERAR
El conocimiento y el uso de un reglamento de convivencia adaptado para diferentes etapas vitales de los adolescentes, también nos proporcionará motivo para que nuestros estudiantes desarrollen y ejerciten el autocontrol. Cualidad que fomenta la madurez y reporta grandes beneficios, ya que aprender a esperar supone aprender a tolerar y a convivir con ciertas frustraciones. - FORMACIÓN INTEGRAL
Buscamos que nuestros estudiantes reciban, a través de una educación de calidad, una formación sólida. Que sean competentes, lo que significa que hagan un buen uso de sus saberes y desarrollen una capacidad de acción transformadora. Pero la formación integral exige atención a otras dimensiones de la persona, tales como la afectiva y la espiritual, es por ello que, además de competentes, buscamos hacer nacer en ellos, virtudes tales como la compasión, el compromiso y la conciencia.
Por todo lo dicho anteriormente, un/a estudiante del Colegio San Ignacio estará invitado a: